La Androja Caineja recupera una centenaria tradición en forma de delicioso embutido de suave textura e intenso sabor.
Elaborada con mimo, un ligero ahumado y secada al aíre de la montaña, resulta ideal como aperitivo, tostada y caliente, en guisos o acompañando a 2 huevos fritos como le gustaba a la "Güela Palmira".